Hace cinco años, Oriol, guitarrista de The Penguins y maestro de música, propuso al resto del grupo tocar en la escuela donde trabaja con motivo de la fiesta de Santa Cecília, patrona de la música. Los músicos, que no tenían muchos conciertos aquel mes, dijeron que sí encantados, pero en lugar de tocar su repertorio habitual, adaptaron el repertorio para los niños que iban a la escuela. “Empezamos a hacer ensayos adaptando canciones que habíamos cantado toda la vida a los ritmos jamaicanos que acostumbrábamos a tocar, y nos presentamos al concierto con mil disfraces preparados entre canción y canción”, recuerda perfectamente Eduard Piojos, saxofonista de la banda.
El balance, en palabras del grupo, no podría haber sido más positivo: “Nos lo pasamos mucho mejor de lo que nos imaginábamos y la descarga de energía fue tal que decidimos que aquello no podía reducirse a un día puntual”. Y es así como, después de cinco años de trayectoria como grupo, en 2011 nace Reggae para Chicos.
Música para todos los públicos
A pesar de que la franja de edad más habitual de sus seguidores es de entre dos y ocho años, el grupo destaca que Reggae para Chicos es una propuesta “transversal e intergeneracional”. En los conciertos se pueden encontrar familias con padres e hijos, abuelos saltando, la juventud del pueblo que viene a bailar y, incluso, niños que no llegan a los dos años y todavía no hablan. “Hay una interacción entre ellos que sólo se puede conseguir a través de la música”, subrayan desde la banda.
Es una propuesta musical y pedagógica dirigida a pequeños y grandes basada en canciones populares pasadas por la criba de los ritmos jamaicanos. Por qué este tipo de música? “La música jamaicana de los años 50-70 es una música que bebe de una explosión de ritmos tanto caribeños como de África o los EE.UU., y que tiene un origen humilde y popular”, y esto se traduce en unas armonías y melodías simples “que casan perfectamente e increíblemente bien con la música popular y tradicional”, prosigue el batería. Una sencillez que “llega al alma y conecta con las emociones” y que es totalmente compatible “con la riqueza musical que suponen once músicos encima del escenario y el hecho de haberse especializado en un estilo de música concreto”, destacan los The Penguins.